domingo, 22 de abril de 2012

El reino del mal

Hace mucho tiempo, en un país desconocido, reinaba solo el mal y la guerra. Obviamente, el rey de ese lugar era el dios Marte.
Nunca había un minuto de paz. Y el silencio, interrumpido por los gritos de las muertes, era de lo que menos había en ese país.
Una persona era buena, un aldeano que un día lo secuestraron y lo llevaron a las tierras del dios de la guerra. El aldeano, que llevaba años allí, conocía el estilo de matar de cada habitante del reino, por lo cual, siempre estaba preparado a todo.
Cada día le atacaban tres veces por lo menos. El aldeano, ágil siempre huía o los mataba.
Su objetivo desde que estaba allí era acabar con el dios Marte o hacerle entrar en razón de que le guerra no era la mejor opción.

Marte se situaba en el cráter de un volcán inactivo y veía todo. Veía la habilidad de sus súbditos, veía las casas ardiendo e incluso veía como el aldeano se escabullía o mataba en defensa propia.

A Marte le gustaba ver eso porque sabía que el cuerpo del aldeano se iba llenando poco a poco de rabia, y eso haría que algún día se convirtiera en uno de los suyos.
El bondadoso, muchos días se quedaba en su casa para no recibir ataques enemigos.
El aldeano no sabía qué hacer y estaba mareado. ¿Se convertiría en uno de los suyos?
Un día el aldeano consiguió llegar a la cima del volcán sin intervenciones. Marte, esperándolo, lo recibió con una risa y dijo:
-Veo que al final lo has conseguido-

El aldeano atacó a Marte sin pensárselo dos veces y el dios lo apartó furioso.

El aldeano, arrebatado en el suelo, se levantó a atacar a Marte y justo en ese momento...el aldeano despertó de su sueño.

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